Por María de los Ángeles Polo Vega.
Poetas participantes en festival habanero fascinados con altruismo y consagración de científicos cubanos durante un encuentro sostenido la víspera en el instituto Finlay, un centro de investigación, producción y desarrollo de vacunas fundado por Fidel en la década de los 80 del pasado siglo, cuando la isla enfrentaba brotes de diferentes enfermedades, entre ellas la meningitis tipo B y los recursos para adquirirlas por grandes lotes para una vacunación masiva a toda la población cubana no sobreabundaban.
Además, Fidel había previsto desde los tiempos iniciales del triunfo revolucionario que el futuro de Cuba debía inexorablemente ser un futuro de hombres y mujeres de ciencias ya que carecíamos de riquezas materiales y solo el capital humano podría ayudarnos a salir adelante.
Y toda esa historia la conocieron in sito, un grupo de poetas cubanos y extranjeros que participan de esta fiesta habanera de la poesía, muchos de ellos procedentes de naciones donde se miente o se silencia, en el mejor de los casos la realidad de nuestro país, y quedaron realmente maravillados.
El Instituto Finlay lo dirige la doctora Concepción Campa, principal investigadora de la vacuna antimeningocócica BC, producto líder de esa institución y único de su tipo en el mundo que resultó el primer producto cubano ganador de una medalla de oro de la OMPI, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y que hizo por vez primera que la comunidad científica mundial fijara los ojos en sus colegas cubanos.
Y en esa misma instalación se trabaja actualmente en múltiples proyectos vacunales, entre ellos vacunas contra el cólera, la tuberculosis, la shigella salmonella, la hepatitis A, el neumococo, el dengue, la malaria y las meningitis de los tipos ACW y ACYW, estas últimas para naciones situadas en el llamado cinturón africano víctima anualmente de epidemias provocadas por estas mortales bacterias que la ocasionan.
Al salir de aquella visita, un poeta mejicano me expresó con convicción absoluta, que ese encuentro había sido, sin lugar a dudas el mejor POEMA de todo el festival.