Jornadas de homenajes y profundas emociones.
Por María de los Ángeles Polo.
El 26 de enero de 1948 el periodista cubano Guido García Inclán adquiere las emisoras COCO y CMCK, pertenecientes a la Compañía Radio Difusora COCO y dos días más tarde, el 28 de enero de ese propio año, estrenaba para la audiencia El Periódico del Aire, una institución de periodistas al servicio del pueblo cubano.
Profundamente martiano como era, Guido libraba por aquel entonces una tesonera batalla para obtener una tumba digna para el Apóstol en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba y El periódico del Aire sería a partir de ese momento la más digna tribuna para tales propósitos.
Por sus micrófonos desfiló a partir de ese momento una pléyade de jóvenes interesados en mantener viva la memoria del maestro: Fidel Castro, Juan Manuel Márquez, Juan Marinello son algunos de los que ahora desfilan por mi memoria.
Lo cierto es que el espíritu revolucionario y martiano de Guido y de todos aquellos valerosos patriotas que encontraron siempre en esta emisora, la tribuna ideal para defender los más nobles ideales del pueblo cubano, se mantiene vivo en un colectivo de profesionales de la palabra que han convertido aquel legado en su razón de ser, porque la COCO-CMCK El periódico del Aire seguirá siendo siempre una institución de periodistas al servicio del pueblo cubano.
Su salida al aire por vez primera un 28 de enero no fue una casualidad y cada año para esta fecha, múltiples son las acciones que realiza su colectivo de trabajadores para rendir tributo a la memoria del Apóstol y de su director histórico, nuestro entrañable Guido García Inclán.
Este año, por ejemplo, tuvimos el privilegio inmenso de celebrar nuestro balance anual en otro sitio que fue fundado otro 28 de enero, pero de 1952, La Fragua Martiana, monumento erigido por el pueblo en las propias canteras de San Lázaro, donde el joven Martí era obligado a trabajar con un grillete en el tobillo durante largas y agotadoras jornadas.
En ese mismo sitio el adolescente Martí escribió. “El orgullo con que agito estas cadenas valdrán más que todas las glorias futuras”.
Y allí, donde se respira el espíritu martiano, los trabajadores de la COCO, analizamos el trabajo del año anterior y proyectamos todo lo que haremos para este recién iniciado.
Allí recordamos al Guido periodista y martiano, al director eterno de la COCO y a su hija mayor, presente entre nosotros, se le entregó un hermoso ramo de flores.
También allí recibimos, una réplica de aquel tabaco que hecho por un tabaquero cubano exiliado en Tampa, traía a la isla la orden martiana del inicio de la guerra necesaria.
Estos son días de homenaje, pero también de profundas emociones, que hoy me he propuesto compartir desde aquí con todos ustedes, junto con algunas de las imágenes tomadas en el lugar.